La depresión es un trastorno relacionado con la salud mental, que puede llegar a ser grave, y es mucho más habitual de lo que mucha gente piensa. Se estima que un 5 % de la población mundial adulta tiene depresión.¹

Uno de los puntos clave para hacer frente a la depresión es reconocer la importancia del entorno social. Pero ayudar a alguien con depresión puede ser todo un reto y, por eso, es importante aprender cómo apoyarlos y proporcionarles los recursos que necesitan.

¿Qué necesito saber?

El primer paso es entender la depresión, qué la causa y cuáles son sus principales síntomas (como la tristeza, la falta de energía, la desgana o la melancolía persistentes).² Ponerse en el lugar de alguien que está experimentando una situación difícil si nunca hemos pasado por algo similar es complicado. Por eso, educarnos nos va a permitir empatizar y proporcionar la ayuda que necesitan.

Cabe destacar que nuestro papel debe de ser algo similar a una red de soporte. La depresión acostumbra a ir acompañada de sentimientos de soledad y aislamiento. Por este motivo, hacer saber a las personas con depresión que estamos ahí para ellos y nos preocupamos es clave. Escuchar sin juzgar y brindando apoyo, pero teniendo en cuenta que el tratamiento debe pasar por manos de profesionales médicos.^3,4

Otro punto clave es entender que ayudar a alguien que padece depresión puede ser un proceso lento. Hay que tener paciencia y sobre todo cuidarse a uno mismo para no desgastar nuestra propia salud mental en el proceso.⁵

¿Cómo puedo ayudar?

Las personas que sufren depresión tienden a no saber reconocer o incluso no aceptar que están deprimidas. Esto se puede deber a que no logran entender sus propios síntomas o que los confunden con ‘algo pasajero’ o ‘sin importancia’ que deberían de ser capaces de superar por ellos mismos. Hablar sobre ello es muy importante para hacerles entender que la depresión es un trastorno y no solo un estado de ánimo. Esto puede servir para animarlos a buscar ayuda profesional.⁶

Otras formas de ayudar pueden ser hacer planes juntos, como dar un paseo o ir al cine, y ayudarles a establecer una rutina diaria saludable, centrándose en planear actividades cotidianas como cocinar, hacer ejercicio, seguir una dieta equilibrada y destinar suficiente tiempo a descansar.³